Cómplices

Lunes, 28 de febrero de 2011

Hay noticias que a uno le llegan prendidas del quicio de la tarde, como si además del frío, la nieve y el viento de esta jornada inverniza de finales de febrero, necesitara de un poco de escarcha envenenada que atravesara el alma.
Y lo peor del asunto es que sólo se puede mirar en la distancia y esperar acontecimientos.
Por eso, cuando a uno le llueven esas pedradas desde el cielo, no entiende en qué hemos convertido la existencia.
Aprovechemos para lo que importa.