Uno está convencido que la base
del funcionamiento más o menos correcto de la sociedad es la confianza, más
incluso que la eficacia y la profesionalidad. Sin ella sería prácticamente
imposible vivir: ¿Cómo subir al autobús si uno no se fía de las cualidades del
conductor? ¿Cómo contratar un servicio telefónico si uno no cree en lo que le
prometen? ¿Cómo caminar por la calle, si se piensa que cualquiera de las
personas que se cruzan con nosotros puede hacernos daño? ¿Cómo ir al médico si
se duda de su competencia? ¿Cómo abrir la propia casa a una persona si creemos
que puede robarnos, golpearnos...?