Cómplices

Sábado, 5 de febrero de 2011

Son las diez menos veinte de la noche y estoy escuchando y viendo el recital que se está televisando desde los Diablos azules, sala de Madrid.
Buen final para una jornada en que me ha llegado la primera prueba para la imprenta de Versos como carne. Os digo que ha quedado chulísimo. Con una tipografía preciosa, sencilla y elegante.
En Segovia estamos de fiestas.
La oficial es la de Santa Águeda, las aguederas. Para quien no lo sepa, se trata de una tradición que llega desde la Edad Media, y consiste en que durante un día una mujer del pueblecito de Zamarramala toma el mando.
Quizá sea mejor que deje aquí lo que he sacado de Internet:
"Cuentan que desde 1227 vienen gozando las zamarriegas de dicho privilegio, después de que los tercios segovianos reconquistaran El Alcazar en poder de los sarracenos, poniéndolo a disposición del Rey  Alfonso VI. Este, en agradecimiento, les otorgó muchos privilegios, entre ellos el derecho de alcaldesado en el más amplio sentido del término y el cobro del arbitrio municipal origen de la tradición, que hay en la fiesta, de cobrar peaje a todos el hombre.
Aunque el año 1227 y el reinado de Alfonso VI de leyenda y hecho histórico no coinciden  cronológicamente, es seguro que grandes  servicios debieron prestar los habitantes de Zamarramala a los Reyes de Castilla, para concederles tantas exenciones y quintas, como consta en las cartas firmadas por D. Juan II, Enrique IV y los Reyes Católicos;  privilegios que gozaron hasta finales del S. XVIII."
Y también hay otra fiesta. Esta vez deportiva. La fase final de la Copa de España de Fútbol Sala.
Hace un rato ha eliminado al Caja Segovia el Barça. En la tanda de penaltis. En fin.
Buen día para la poesía.
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Acabado el recital, vengo a dejar constancia de que lo he pasado bien. Estilos bien distintos, aunque la lectura de los poemas, salvo tres o cuatro excepciones, haya empobrecido la virtud de los versos.
Ángel Guinda, José Zúñiga y Raquel Lanseros me han gustado mucho.
Durante el recital, hemos participado de un chat que a ratos ha resultado entretenido y otras veces no tanto. Allí se ha debatido sobre cuestiones que a mi parecer ya deberían estar superadas, pero se ve que no es así. Todavía hay demasiado afán en poner demasiadas cuadrículas a la poesía.