Cómplices

Jueves, 17 de noviembre de 2011

No quisiera dejarme vencer por este cansancio, ni siquiera por el desánimo que me recorre en estos meses. Es una empresa complicada, titánica; pero es lo única posibilidad que nos resta, porque no es humano rendirse antes de que llegue la noche, antes de que la oscuridad envuelva o engulla los perfiles de las cosas.
Soy muy consciente de la probabilidad que acecha, pero aún así no es justo sembrar de desesperación el proceso.
Quizá mañana, o en unas semanas, piense o escriba lo contrario. Quizá mañana, o en unas semanas, me engullan las fauces de la desesperación. Y al derecho a contradecirme me acojo.
Quizá todo este sentimiento se deba a este sol, a esta luz, a esta transparencia de otoño que ha hecho vibrar la jornada, como si fuera el calderón final y bien sostenido de una hermosa cantata de Bach.