Empieza la semana con un estallido de vida. Y siempre es hermoso y alentador que llegue en estos momentos en que el dolor acecha una noticia como ésta.
Suficiente para que el día se convierta en una sonrisa, tan necesaria, por ser tan curativa. Todo continúa, el movimiento es incesante. La pausa –esta vez por suerte- es una quimera.