Clamaban contra el bipartidismo,
ese monopolio de dos, tan empobrecedor y poco edificante. Ahora se postulan como
uno de los miembros del binomio, única posibilidad de lo real, según parecen
afirmar, cuando proclaman sin matices: en las próximas elecciones sólo habrá
dos opciones…
Clamaban
contra los privilegios, no eran casta; qué bien disimulan que continúen sin querer
serlo.
En seis
meses hemos de despertar de los sueños, quizá también de las ilusiones. La realidad
y la responsabilidad endurecen el gesto, ponen serias las caras…
En el
fondo nada me extraña, pues la historia siempre repite los esquemas, aunque varíen
los argumentos y cambien los protagonistas.