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La vida es un
trayecto muy breve. No depende de nosotros cuándo ni cómo entramos en el vagón
que nos corresponde. No sabemos en qué estación nos apearemos, pero sabemos que
lo haremos sin nada entre las manos.
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El arpegio que interpreta la luna es un sol
menor.
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El único modo de no equivocarse, es escuchar
en silencio el latido del corazón, sin confundirlo con el eco del deseo.
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Jugamos a ser ricos, cuando ni siquiera
poseemos la vida.
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El fracaso y el éxito no existen: son maneras
de contemplar el resultado de una tarea. Sólo existe la tarea.
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Escribir como si las palabras fueran piel que
acaricio.
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En los ojos de un niño hay más misterio que
en el Universo.
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Quien metió a Dios en los templos y pretendió
sacarlo del Universo, desconoce que ni siquiera cazó su sombra.
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Tener amigos es saber que nunca se morirá de
sed.
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Mientras contemplo las estrellas, al otro
lado del mundo luce el sol.
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No aceptar un no por respuesta, es como no
aceptar la existencia de la noche.
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Para ser libre hay que aceptar la libertad
(de los otros).
