Cómplices

Viernes, 13 de enero de 2012


Llego con la sonrisa pintada en el corazón. Es muy tarde para mis costumbres casi monacales, pero ha merecido la pena este par de horas de retraso, estas dos horas pasadas entre libros…
En estos días de atrás he leído y gozado Un paseo literario por Segovia, de Jesús Pastor Martín, primer título editado por la neonata Ediciones Derviche, sello segoviano que nace por la iniciativa de los propietarios de la Librería Entre Libros que ya tiene en cartera otros dos títulos de próxima aparición y que, en principio, pretende publicar textos relacionados con la ciudad y provincia. Poco a poco se va haciendo camino, y no conviene ir demasiado deprisa si se quiere llegar lejos.
Un paseo literario por Segovia es un libro de lectura jugosa para quienes conocemos y amamos esta ciudad y, a la vez, tenemos como parte imprescindible de nuestra dieta cotidiana la lectura.
Hoy, esta noche, en la amplia parte trasera de la librería, unas cien personas hemos gozado con el buen humor, la sencillez y la brillantez del autor que, mostrando sus dotes pedagógicas (ejerce la enseñanza de la literatura en el en Instituto de Educación Secundaria La Albuera de esta capital), nos ha conducido por el mismo itinerario que detalla en el libro.
Ha contado el lento proceso de maduración de este ensayo, cuyo germen surgió hace años como una actividad programada en su Instituto por profesores de las áreas de Lengua y Turismo. Más tarde, y ante la evolución de los acontecimientos, se tornó en Rutas Literarias, que él mismo dirigía, organizadas para los visitantes e, incluso, dramatizaciones nocturnas. Algunos amigos poetas que acudimos al II día Internacional de la Poesía en Segovia en el mes de marzo del año pasado, pudimos disfrutar de un mini paseo por la zona próxima a la pensión de la Calle Desamparados donde don Antonio Machado se hospedó durante los trece años que ejerció la docencia en el único Instituto que entonces había en Segovia. También se editó (con mucho éxito) un juego de la oca cuyo recorrido es este itinerario o uno similar. Con el tiempo lo que comenzó de modo tan sencillo fue acreciendo, hasta que hace un año le propusieron la escritura del libro.
Hace casi un siglo, otro escritor segoviano, Julián María Otero, de fina sensibilidad lírica, había escrito su Itinerario sentimental de Segovia, un librito fascinante y que me abrió los ojos sobre tantas cosa, calles e historias de esta ciudad, que parece vegetar entre el frío y la atonía, pero, sin embargo, late con más vigor de lo que a simple vista parece.
Se podría decir que la obra de Jesús es un nuevo paseo lleno de sentimientos, admiración, alegría y emoción por estas calles y su historia.
Desde la llegada del primer visitante escritor a Segovia que dejó anotadas sus impresiones sobre la ciudad y sus contornos serranos, Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita, hasta Ramón Ayerra o José Antonio Abella (los dos únicos escritores vivos que figuran en el texto), el lector podrá catar las impresiones o las reflexiones que esta ciudad, su paisaje, sus monumentos, su historia, su luz, sus gentes… dejaron en autores que recorren toda la historia de la literatura en castellano: Alfonso X, Andrés Laguna, Diego de Colmenares, Miguel de Cervantes, Lope de Vega, Quevedo, Jerónimo Alcalá Yáñez, Juan de la Cruz, Teresa de Ávila, Gaspar Melchor de Jovellanos, José Rodao, Antonio Machado, Pío Baroja, Azorín, Alfonsa de la Torre, Ramón Gómez de la Serna, María Zambrano, Carlos Sahagún, Jesús Fernández Santos, Luis Martín Marcos, José Hierro, Jaime Gil de Biedma, Noah Gordon… Algunos de ellos segovianos, pero la mayoría visitantes o residentes temporales en estas tierras…
Quizá lo ojos foráneos escruten mejor las propias honduras de una tierra que no es la suya.
Este libro, de fácil y amena lectura, también sirve (y así se lo he comentado a Jesús y así me lo están diciendo algunos amigos) para quien no conozca la ciudad (ni su fisonomía ni su alma) pueda sentir la curiosidad de acercarse a ella y penetrar con algo más de hondura en sus recovecos.
A diferencia de lo que pudiera pensarse, no se trata de un estudio pormenorizado sobre las figuras o las obras de los autores citados. Es algo más divertido, ameno e ilustrativo. Se trata de pasear por la ciudad (mejor en dos o tres días pues la caminata no es corta) siguiendo la ruta propuesta y contemplar lo que nuestros ojos ven con la mirada con la que la observaron estos escritores. Al mismo tiempo, y como sin querer (o quizá muy a propósito), Jesús Pastor consigue una aproximación interesante e igualmente amena a algunos hechos fundamentales de la historia de España, pues no faltan (como no podía ser menos) alusiones a los momentos en que fueron escritos, pues también lo que una persona vive influye en el modo en que se ven las cosas. Por citar un ejemplo, el poema que José Hierro escribe en su regreso a esta ciudad, donde estuvo preso tras la Guerra In-Civil.
Creo que una guía literaria de esta ciudad, tan propicia para la literatura, a pesar de los pesares, se hacía necesaria. Pasear desde la Puerta de Madrid, hasta la Puerta de la Fuencisla a través del itinerario propuesto es un buen plan.
Como el mismo Jesús Pastor reconoce, se han quedado autores y lugares fuera de sus páginas, pero, en este caso, quizá todo habría sido demasiado prolijo y la intención pedagógica, que ha primado sobre otras, hubiera sufrido los efectos de una exhaustividad excesiva.
Se trata de disfrutar. Disfrutar de la lectura, disfrutar del paseo, disfrutar de los paisajes, de los monumentos, de las anécdotas incluso. La erudición academicista habría hecho huir a muchos de su lectura. Este libro abre la puerta al viajero y al vecino que quiere ver lo mismo que se observa habitualmente con una perspectiva un poco diferente y que puede catar (repito el verbo) desde la facundia más desternillante hasta la mística más sublime, todo ello repartido sabiamente, como se reparten los estilos arquitectónicos y los propios días de la vida.
Mejor aún lo dice el autor en las últimas líneas de su brevísimo prólogo justificativo:
El objetivo final es conocer un poco más Segovia y apreciarla más. Así pues, paseemos, de la mano de nuestros escritores.
Desde aquí sólo me queda felicitar y agradecer a Jesús Pastor y a Ediciones Derviche por el esfuerzo, la alegría y el bien hacer que han puesto en la tarea, incluyendo el tamaño de la letra, que nos ha facilitado a muchos gozar aún más con la lectura. Uno ya va dejando de leer libros, porque piensa que este ejercicio no ha de ser un sufrimiento y ciertos tamaños de letra empiezan a ser una tortura para los ojos, aunque bien sé que los editores han de ajustar al céntimo los presupuestos.