Cómplices

Viernes, 24 de febrero de 2012


Continúo decantando mi próximo poemario. He acabado la primera versión después de cuatro o cinco borradores. Ahora otra idea comienza a aflorar con fuerza.
Es una idea extraña, algo que me lleva sorprendiendo durante todo el día. Quizá sea una locura, algo así como un salto en el vacío, pero en algunas ocasiones es inevitable arriesgarse.
Quizá mañana mismo me arrepienta y dé marcha atrás, pero sé que si no me pongo manos a la obra el runrún no dejará de zumbarme.
De pronto vuelve el afán, la sensación de una tarea inaplazable y absorbente, aunque sirva de poco, aunque sea una locura, aunque parezca más bien el triple salto mortal con pirueta y sin red.
Veremos.