Cómplices

Domingo, 15 de abril de 2012


Cuando escribí la entrada de ayer, aún no sabía que el monarca se había fracturado la cadera por tres sitios. Justo el día en que los republicanos conmemoran el ochenta y un aniversario de la proclamación de la II República Española.
Las cosas —como vengo repitiendo en estos últimos tiempos— no suceden por casualidad, sino por causalidad. Algunas de ellas, a veces, son tan evidentes que no merece la pena comentarlas.
Pero en estos momentos, prefiero deleitarme con la visión y la escucha de la Quinta Sinfonía de Mahler, dirigida por Barenboim a la orquesta sinfónica de Chicago. Creo que es mucho mejor para el espíritu, y quizá sea lo que corresponda.