Cómplices

Viernes, 27 de abril de 2012


Justo un mes después, me han desbloqueado la cuenta de Facebook. Y he aprendido en este tiempo algunas cosas.
Pero quizá la más importante de todas es que en poco tiempo, se han fraguado relaciones bastante sólidas. También se han profundizado otras que apenas existían.
Esta es la parte que más me interesa, la zona humana de esta red social…
Sin embargo he aprendido que intentar derrotar a protocolos estandarizados y tratados por máquinas es algo tremendamente absurdo, casi imposible. Facebook es una especie de monstruosidad sin alma. Casi mil millones de seguidores en todo el Planeta lo convierten en una herramienta poderosa. Una herramienta que puede servir para lo mejor y lo peor. En todo caso, aunque la herramienta en sí misma sea inocua, hay que saber en qué territorio nos movemos.
Pero también hay que saber que también tiene sus resquicios. Quizá, como tantas organizaciones o instituciones en esta vida, le derrote su avaricia.
Perder un cliente debe estar mal visto por la organización.
Si lo sé, intento darme de baja hace días.