Mejor no decir nada de lo obvio.
Lo evidente salpica constantemente las miradas. No es que esté a la vista, es
que ataca a la vista.
Lo difícil es encontrar la
verdad en lo obvio. O dicho de otro modo: lo obvio son las circunstancias
cristalizadas, la verdad es lo que siempre sería, aunque cambiaran las
circunstancias.
La esencia.
En este caso tiene que ver
con la solidaridad, con el esfuerzo, con el tesón, con el afán de superación,
con el trabajo callado, con el silencio, con el conocimiento preciso de las
herramientas y con la aplicación exhaustiva de las técnicas del oficio.
Y aunque no tenga que ver
con lo anterior, sí es una consecuencia. Aunque sea una consecuencia de lo
obvio, no resisto la tentación de comentarla: no hay cosa más triste y que
genere más frustración que no querer ser lo que uno es.
Y más en determinadas
circunstancias.
Obvio.