Cómplices

Miércoles, 15 de agosto de 2012


No, no es que me queje, vaya por delante, si acaso, lo contrario, pero no deja de ser curioso que, después de tantas semanas con calor de agosto (incluso con picos de calor de agosto africano), llegue el día de hoy, justo esta jornada, y haya refrescado como lo ha hecho, y se haya cubierto el cielo, no de modo testimonial precisamente, e incluso tenga toda la pinta de que la lluvia vaya a hacer algún favor a los embalses y a los ríos, a las tierras y a los huertos, a las plantas y a los animales, incluso a las personas.
Hoy que siempre, y según mandan las gloriosas tradiciones, es uno de los días más calurosos de todo el año, por no decir el que más. El día de la virgen de agosto y vamos a tener que sacar la cazadora del armario, o volvernos a poner los calcetines. Definitivamente algo está cambiando. Esto ya no es lo que era.
Y ojalá que este alivio llegara allá donde el fuego brama y se encabrita, allá donde la imprudencia o la insidia han sembrado la destrucción, el miedo, e incluso la muerte.