Después de las
declaraciones del Ministro que quiere convertir la administración de Justicia
en asunto de ricos —siguiendo la estela de sus colegas que pretenden lo mismo
para la sanidad, la educación y la cultura de calidad, quienes, a su vez,
imitan los éxitos de sus compañeros de gabinete encargados de coordinar los
temas laborales y de asistencia social—, no me queda más remedio que alterar mi
opinión sobre los actos de este Gobierno.
Al fin he descubierto que lo están haciendo fenomenal. No tengo
nada que oponer a sus actos, si gobernar es repartir dolor, tal y como ha
sostenido hoy en público este político.
Imagino que, ante este hallazgo, continuarán explorando esta vía.
Pasarán a la historia como el ejecutivo que mejor ha gobernado, es decir, mejor
ha repartido dolor de modo muy poco equitativo, por cierto, aunque sí
mayoritario.